No products in the cart.
LOS CELOS PROFESIONALES SON UN SENTIMIENTO LEGÍTIMAMENTE HUMANO; PERO, MAL GESTIONADOS, PUEDE SER UN VENENO LETAL
La competitividad que se ha generado en el ambiente laboral tiene aspectos positivos, pero también, un lado oscuro que puede ser muy peligroso si no se gestiona adecuadamente. Conforme vamos desarrollando nuestra carrera, debemos adquirir habilidades específicas, entregar resultados concretos y ofrecer valor agregado para diferenciarnos de otros profesionales. Sin embargo, ¿Qué sucede cuando esta competencia se tiñe de celos profesionales? Para conocer más, te invitamos a leer el siguiente artículo.
Por: Mauricio Gutiérrez Fernández[1]
La competitividad que se ha generado en el ambiente laboral tiene aspectos positivos, pero también, un lado oscuro que puede ser muy peligroso si no se gestiona adecuadamente. Conforme vamos desarrollando nuestra carrera, debemos adquirir habilidades específicas, entregar resultados concretos y ofrecer valor agregado para diferenciarnos de otros profesionales. Sin embargo, ¿Qué sucede cuando esta competencia se tiñe de celos profesionales? ¿Qué sucede cuando alguien considera que un colaborador percibe a otro como una amenaza para su desarrollo profesional o un riesgo para conservar su puesto?
Los celos profesionales tienen la misma esencia que los celos de pareja, amicales o familiares: en justa medida son esperables y saludables, pero en exceso, envenenan severamente. Tienen su origen en la inseguridad subjetiva -y humanamente válida- de poder conseguir algo (mantener un puesto de trabajo, lograr un ascenso, etc.), pero pueden derivar en sabotaje, conflicto y agresión. Estos celos pueden generar, en el ambiente de trabajo un clima laboral hostil, reducción en la productividad, quiebre del trabajo en equipo o asfixia en las sinergias, entre otros.
Para combatir los celos laborales, considero que es vital promover y mantener a todo nivel una comunicación transparente, reconocer sincera y frecuentemente los logros de los colaboradores, conocer las expectativas de las personas y sus metas personales, así como pedir y dar retroalimentación periódica del desempeño. Recordemos que estamos en un entorno cada vez más competitivo, donde las oportunidades suelen ser escasas y el hambre de desarrollo, voraz.
——————————————————————————————————–
[1] Psicólogo consejero en empleabilidad y marca personal